Oscuras sombras emergen en el vacío espacial.

Entre ellos estaba Dra. Emilia Torres, una astrofísica de renombre. Su vida había sido marcada por su obsesión por desentrañar los misterios del espacio profundo. Sin embargo, su entusiasmo se transformó en inquietud cuando comenzó a escuchar extraños ruidos en la estación, susurros ininteligibles que solo ella parecía notar. Al principio, lo achacó al estrés o a fallos en los sistemas de audio. Pero los sonidos continuaban y parecían provenir de… fuera de la estación.

 La Señal Perdida

Una noche, mientras la Dra. Torres revisaba los datos de un espectrómetro, una señal anómala apareció en las pantallas. Era un pulso de energía en una frecuencia inusual, proveniente del vacío exterior. Llamó a sus colegas, pero cuando llegaron, la señal había desaparecido. Sin embargo, lograron capturar un patrón, como un tipo de lenguaje desconocido o un código imposible de descifrar.

Durante las siguientes semanas, el equipo intentó en vano interpretar la señal. Pero las cosas empezaron a ir mal. Un ingeniero llamado Dane Fisher fue encontrado en un compartimiento oscuro, murmullando palabras incoherentes mientras miraba fijamente la nada. Decía que había "visto algo" en el vacío. A la mañana siguiente, se negó a comer y fue encontrado con un comportamiento errático, insistiendo en que una presencia invisible lo estaba vigilando. Horas después, desapareció, aunque todos los registros de la estación indicaban que nadie había salido.

El Vacío que Observa

La Dra. Torres empezó a ser víctima de horribles visiones. Al observar por los paneles de la estación, juraba ver sombras moviéndose en el vacío. En una ocasión, vio un rostro humano flotando en la negrura, con ojos tan oscuros que parecían absorber la luz de las estrellas. Pero cuando llamaba a los demás, las sombras se desvanecían.

Una noche, el sistema de la estación colapsó, sumiendo a todos en una oscuridad total. Durante horas, solo hubo silencio. De pronto, un aliento helado recorrió los corredores. Cuando las luces de emergencia finalmente se activaron, encontraron que otra persona, la bióloga Renee Moreau, había desaparecido, dejando tras de sí un rastro de algo que parecía polvo de estrellas.

Fue entonces cuando el sistema de monitoreo captó un fenómeno aterrador: una enorme sombra, en forma de una figura humanoide, flotaba en el exterior de la estación, moviéndose lentamente hacia los ventanales. A medida que se acercaba, cada miembro del equipo comenzó a experimentar intensas visiones de su propio rostro deformado y muerto. La Dra. Torres sintió cómo esa presencia escarbaba en su mente, buscando sus miedos más profundos y proyectándolos frente a ella.

 La Revelación del Abismo

Desesperada, la Dra. Torres reactivó el análisis de la señal anómala, convencida de que la clave estaba allí. En un frenesí de investigación, descubrió que el patrón de la señal era una especie de advertencia antigua, transmitida desde algún lugar lejano en el universo. Parecía decirles que el espacio, más allá del sistema solar, albergaba entidades conscientes y que al observar el vacío demasiado tiempo, las despertaban.

Finalmente, las sombras lograron acceder a la estación. Una a una, las luces comenzaron a parpadear y apagarse, dejando al equipo completamente rodeado por la oscuridad y el frío del vacío. Los científicos empezaron a desaparecer uno a uno, sus gritos ahogados en la negrura. Solo quedó la Dra. Torres, quien, al enfrentarse al rostro de la sombra, comprendió su destino.

Justo antes de que la oscuridad la devorara, la Dra. Torres envió una transmisión final a la Tierra, advirtiendo que el universo está habitado por inteligencias antiguas que observan en silencio. Terminó diciendo: “No debemos mirar hacia el abismo… o el abismo mirará hacia nosotros”.

Epílogo: La Transmisión Perdida

Semanas después, las autoridades terrestres interceptaron la última transmisión de Helios-9. Los fragmentos de la transmisión llegaron con distorsiones extrañas, y los técnicos que la escucharon reportaron noches sin descanso, acosados por pesadillas en las que sombras flotaban en el espacio.

Se envió una misión de rescate, pero al llegar, solo encontraron la estación vacía. Las grabaciones de seguridad se habían borrado y el equipo de rescate sintió un inexplicable terror, como si algo los estuviera observando desde el exterior. Desde entonces, la región de Helios-9 se ha convertido en una zona restringida, y el informe clasificado advierte: "Bajo ninguna circunstancia, mirar hacia el vacío por periodos prolongados".

Comentarios potenciados por Digyweb Web Design