Los Susurros de St. George: El Hospital Maldito

En una antigua ciudad de Europa del Este, rodeado de bosques densos y caminos serpenteantes, se erguía el Hospital Psiquiátrico de St. George, un lugar con una fama oscura y aterradora. Construido a principios del siglo XX, el hospital se convirtió en el hogar de muchos que habían perdido la cordura. En sus primeros años, el hospital fue elogiado por sus instalaciones modernas y su capacidad para atender a cientos de pacientes; sin embargo, con el tiempo, su reputación empezó a cambiar.

Los rumores de extrañas desapariciones, tratamientos crueles y muertes inexplicables comenzaron a extenderse entre los habitantes de la ciudad cercana. Las enfermeras y los médicos que trabajaban en el hospital empezaron a renunciar en masa, alegando que veían cosas inexplicables, sombras que se deslizaban por los pasillos y susurraban sus nombres en medio de la noche. Algunos aseguraban que los pacientes, en su desesperación, comenzaron a autolesionarse y que en la oscuridad de la noche, sus gritos desgarradores podían escucharse desde el bosque cercano.

Un internado que nunca escapó

Una de las historias más aterradoras de St. George giraba en torno a una paciente llamada Klara, una joven internada a la fuerza por su familia debido a episodios de "visión sobrenatural". A Klara le habían diagnosticado esquizofrenia, aunque muchos creían que era capaz de ver a los muertos. Los doctores intentaron curarla mediante métodos experimentales, pero a medida que avanzaba el tratamiento, ella gritaba cada vez más fuerte, asegurando que veía a otros pacientes muertos que le susurraban que no debía quedarse allí.

Una noche de octubre, en medio de una tormenta, Klara desapareció de su celda. Aunque los guardias y enfermeras buscaron en cada rincón del hospital, nunca lograron encontrarla. Algunos dijeron haber escuchado sus gritos entre los muros, y, desde entonces, los pacientes empezaron a reportar ver a una mujer con una bata blanca que rondaba los pasillos, llorando y pidiendo ayuda para salir.

El final de St. George

El hospital finalmente cerró en los años 80, y con el tiempo fue abandonado por completo. Sin embargo, los exploradores urbanos que se aventuran en sus ruinas han reportado lo que parecen ser huellas de sangre en el suelo y voces que murmuran en lenguas antiguas en la oscuridad. Algunos dicen haber visto a Klara deambulando entre las sombras, con los ojos vacíos y la mirada perdida, como si aún estuviera buscando una salida.


Hoy en día, el hospital permanece desierto, un testigo de las almas que alguna vez habitaron en él. Los vecinos afirman que en ciertas noches, cuando la luna está llena, se escuchan gritos provenientes de las ruinas. No son pocos los que aseguran que los fantasmas de los pacientes de St. George nunca encontraron paz y que el alma de Klara aún camina en busca de libertad.

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