En un pequeño pueblo rodeado de espesos bosques y montañas, existía un tramo de carretera conocido como "La Carretera de las Sombras". Esta carretera, cubierta de neblina y rodeada de árboles antiguos cuyas ramas se entrelazaban como si quisieran ocultar los secretos del lugar, era el único acceso para cruzar de un pueblo a otro. La gente evitaba conducir por allí después del anochecer debido a las extrañas historias que se contaban sobre el camino.
Se decía que, hace décadas, una pareja de recién casados sufrió un terrible accidente en una noche lluviosa mientras cruzaban ese tramo. El coche patinó en el asfalto mojado y se estrelló contra uno de los robustos árboles. La novia murió en el lugar, pero el novio, herido y confundido, desapareció sin dejar rastro alguno. Desde entonces, los conductores que se aventuran en esa carretera han reportado ver a una mujer vestida de blanco parada al borde del camino, con el vestido de novia desgarrado y empapado de sangre, mirando al vacío como si esperara a alguien.
Los testigos aseguran que, al pasar junto a ella, sienten un escalofrío intenso y que la temperatura en el vehículo desciende abruptamente. Algunos incluso afirman que, si te detienes y miras a través del espejo retrovisor, verás a la mujer en el asiento trasero, observándote con ojos vacíos y llorosos, murmurando algo incomprensible.
Los ancianos del pueblo advierten a los viajeros sobre detenerse en la carretera y mucho menos mirar hacia atrás si sienten su presencia, pues dicen que aquellos que lo hacen están condenados a ver a la mujer cada noche, acercándose cada vez más, hasta que un día desaparecen sin dejar rastro, como el novio perdido.
La "Carretera de las Sombras" sigue ahí, cubierta de niebla, testigo silenciosa de aquellos que, atraídos por la curiosidad o la desesperación, se aventuran por el camino maldito, solo para descubrir que algunos secretos jamás deben ser revelados.
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